“CREANDO CON – TEXTO”, o cómo nace un taller
La idea de realizar un taller de Ttg en torno a un texto dramático nace de las últimas lecturas con las que me he nutrido este verano. Durante las vacaciones aprovecho para leer mucha narrativa, cuentos, teatro, poesía… maravillosa literatura que durante el año suelo desplazar por la urgencia de leer ensayos y otras responsabilidades.
Así ha transcurrido mi verano: consumí literatura, engordé de gozo y amplié el horizonte de mi mapa del mundo.
Descubrí la brillante originalidad narrativa que Care Santos despliega en su novela “Todo el bien todo el mal”, casi burlándose del lector que sabrá desde el principio de la lectura que aquello que espera nunca sucederá. También disfruté mucho de otros de sus títulos “Habitaciones cerradas “, “Seguiré tus pasos”, “Media vida”. Me gusta hacerme monográficos de autor cuando descubro a alguien que me interesa especialmente. También leí “El colibrí” de Sandro Veronesi. Este libro lo saqué del muro de la escritora argentina radicada en México, Sandra Lorenzano, cuyas recomendaciones sigo con mucho interés y que ha vuelto a sorprenderme gratamente aconsejando una historia encantadora, bella y dolorosa por partes iguales. En cuentos y poesías preferí volver a mis clásicos, a aquellos que me siguen emocionando e inspirando: Raymond Carver, Jorge Luis Borges… y muchos títulos y escritores más de los que os hablaré en otra ocasión.
He disfrutado intensamente permitiendo que mi imaginación volara con el estímulo de palabras nacidas de una imaginación ajena a la mía y a su vez he comprobado, nuevamente, cómo el arte cura, enseña y nos ayuda a transcender los límites de lo habitual.
Es en la transición entre las vacaciones y la vuelta al cole -ese momento en el que empiezo a soñar nuevos contenidos para los cursos, pero sigo embriagada por el recuerdo de las lecturas nutricias y el olor a mar- cuando nació el deseo de incorporar el texto en este próximo taller de Ttg. El título lo reservo por ahora, para desvelarlo sólo a los participantes.
Del texto que escogí me gusta especialmente la cualidad de ser tan flexible como para poder ser abordado desde el drama, la tragedia o la comedia. Aspiro a que toquemos todos los estilos según el deseo y la necesidad de cada cual.
A pesar de incidir en mi deseo de abordar el trabajo desde lo artístico, hemos de aprovechar la posibilidad de acercarnos tiernamente, desde el texto, a la herida primigenia de cada intérprete para poder expresarla en diferentes tonos de estilo: la ira – tragicomedia, el dolor – melodrama, el perdón – realismo. Intentando sea un paso más para mitigar el dolor que al tocarla se produce, al expresarla se transforma y al integrarla se cura.
Digo intérprete y no sólo participante, porque este taller reclama el aspecto artístico como pieza fundamental de la terapia. Sin que ello comprometa el objetivo principal de la Ttg que es, según mi concepción de la misma y mi manera de implementarlo, un camino hacia la consciencia y el ser esencial.
Quizá resulte un poco sorprendente, hasta para mi propio alumnado, el que incorpore una muestra final con público a este taller ya que, desde hace algunos años, mi trabajo se ha vuelto un poco críptico de cara a las personas ajenas a mis cursos.
Sucede que para que un hecho teatral se considere consumado es necesaria la mirada de, aunque sea, un solo espectador. Y quiero cumplir con ese ritual sagrado.
Será un evento íntimo con un público reducido y seleccionado, en un espacio que siga transmitiendo la misma seguridad a la que tengo acostumbrado a mis alumnos, que ya saben que, en esta mi escuela, pueden dar un salto al vacío porque siempre habrá una red que les acoja.
Os voy a cuidar como siempre, o más aún si cabe, porque yo misma me encuentro en un momento de especial vulnerabilidad y acompañando y cuidando es como mejor me cuido, me quiero y me sano.
Y en estas estoy…
Un abrazo fraternal y hasta pronto,
Claudia Fres