Beneficios del teatro terapéutico
El teatro puede ser una herramienta muy poderosa para sanar. Una actividad que nos permite vernos y explorarnos, para contribuir a nuestro crecimiento personal. En este artículo te contamos algunos de los beneficios de la práctica del teatro terapéutico.
Al actuar, el intérprete tiene la oportunidad de expresarse a través de diferentes roles del ser humano. De esta forma representa y se representa, por lo que es una actividad que le permite verse, reconocerse y tomar una mayor conciencia de sí mismo y también de su entorno.
De hecho, ese es el principal objetivo del teatro terapia Gestalt, ampliar la conciencia. En el teatro tradicional, el propósito es interpretar y conseguir un resultado estético, algo que no se busca en el teatro terapéutico pero que puede producirse de forma natural. Lo importante en este caso es el proceso creativo por el que pasa el intérprete para evolucionar.
En ese proceso se identifican aspectos de la personalidad del intérprete, emociones que no han sido expresadas, heridas que hay que curar. Por lo tanto, este tipo de teatro está dirigido a cualquier persona que quiera desarrollarse a nivel personal, también a actores, que podrán elevar su profesión y, por supuesto, a personas que quieran dedicarse a ser terapeutas teatrales.
¿Cuáles son los principales beneficios de la práctica del teatro terapéutico?
El teatro terapéutico puede afectar positivamente en varios aspectos de aquella persona que lo práctica. A continuación, indicamos algunos de los más destacados:
- Permite conocerse mejor: a través de la representación el intérprete puede afirmar su identidad y conocer los diferentes aspectos de su personalidad.
- Aumenta el bienestar, porque facilita la expresión de emociones, lo que a su vez simplifica el proceso de aceptación de estas. Además, no podemos olvidarnos del componente lúdico del teatro, que permite divertirnos y volvernos a sentir niños mientras actuamos.
- Mejora las relaciones y la inteligencia emocional porque el intérprete se conoce, gestiona mejor sus emociones y esto tiene un impacto en la forma de relacionarse con las personas de su entorno.
- Fomenta la autoaceptación tanto psicológica como física, porque todo ello está involucrado en la interpretación.
- Potencia la creatividad gracias a la experimentación de roles y papeles a los que no estamos acostumbrados en la vida diaria.
- Fortalece la confianza y la autoestima porque durante la actuación todo el grupo se expone ante los demás y aprende en un espacio seguro.
- Trabaja funciones cognitivas como la memoria o la atención.
Como decíamos, este tipo de teatro está dirigido a cualquier persona que quiera impulsar su crecimiento personal, por lo que, si estás interesado en trabajar estos aspectos, ¡estás en el lugar indicado! En la Escuela Española de Teatro Terapia Gestalt, dirigida por Claudia Fres, ayudamos a todos nuestros alumnos a lograrlo.
En nuestra escuela combinamos el Teatro de la Vivencia y la Terapia Gestalt para potenciar el autoconocimiento y el crecimiento personal. Ambas disciplinas se nutren entre sí y conforman una vía para trabajar en el presente, ser conscientes y responsabilizarnos de nuestras propias experiencias.
De esta forma, la Teatro Terapia Gestalt se convierte en un método terapéutico singular, en el que se ofrecen diferentes herramientas artísticas a los alumnos para enriquecer su vida.
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